Un fallo del Juzgado Federal N°3 destapa el accionar de una organización dedicada al narcotráfico, con detenciones, millonarios embargos y prohibición de salir del país para sus integrantes. Según la resolución judicial, la red operaba de forma coordinada, con una estructura interna, zonas delimitadas de comercialización y más de dos mil miembros identificados.
Seis personas fueron procesadas acusadas de integrar una organización criminal dedicada a la venta de estupefacientes mediante grupos de WhatsApp que tenían una gran cantidad de miembros y clientes.
La causa radicada en el Juzgado Federal N.º 3 de Mar del Plata, con la subrogancia del juez Santiago Inchausti, fue iniciada tras una denuncia de la División Unidad Operativa Federal Mar del Plata de la Policía Federal Argentina, reveló la existencia de múltiples grupos bajo el nombre de “World and Weed”, donde se ofrecían marihuana, cocaína, LSD, TUSSI, ácidos y medicamentos de venta bajo receta. Entre los grupos investigados se encuentran “Mar del Faso”, “Mar del Faso 2”, “MDP Activo”, “Marimba Zona Constitución” y “Los de Confianza”.
Los procesados son L. J. B. (hombre), L. M. B. (hombre), P. M. F. (mujer), M. A. T. (mujer), V. F. L. G. (mujer) y R. S. R. S. (mujer). Todos están acusados de comercio y tenencia de estupefacientes con fines de comercialización, agravado por la participación de más de tres personas en forma organizada.
Los tres primeros imputados fueron procesados con prisión preventiva, mientras que los restantes sin detención por razones vinculadas a situaciones personales y antecedentes. Además, el juez dictó embargos por la suma total de 20 millones de pesos.
Durante los allanamientos realizados el 30 de mayo, se secuestraron distintas cantidades de droga en cada uno de los domicilios de los imputados, además de balanzas de precisión, teléfonos celulares, dinero en efectivo y elementos relacionados con el cultivo y fraccionamiento de estupefacientes. En uno de los domicilios se hallaron más de cuatro kilogramos de marihuana y más de doscientos gramos de cocaína.
El juzgado valoró especialmente el uso de técnicas de marketing digital, la administración de múltiples grupos de mensajería, la asignación de zonas de reparto y el uso de aplicaciones de billetera virtual para rastrear movimientos económicos de los involucrados. La investigación incluyó tareas de inteligencia en redes sociales y la intervención de un agente revelador autorizado por la Ley 27.319.
Todos los imputados fueron convocados a prestar declaración indagatoria y decidieron abstenerse de declarar. La resolución concluyó que existen elementos suficientes para dictar el procesamiento con prisión preventiva para cada uno de ellos.
Lenguaje propio
La organización criminal no solo replicaba el funcionamiento de una cadena comercial, sino que también aplicaba estrategias de venta modernas, como promociones, zonas de cobertura, referencias de calidad del producto y contacto directo con el comprador a través de mensajes programados.
Según consta en los informes judiciales, uno de los mensajes publicados por el abonado vinculado a L. M. B., en el grupo “MDP Activo”, decía:
“Activo con la del Diego. Verdadera laja, nada de polvo. Mogotes, Faro, Edison y Mario Bravo. Llego en 10”.
La jerga, según el informe, hacía referencia a cocaína de alta pureza (“la del Diego”, en alusión a Maradona) y establecía zona de entrega y rapidez del servicio.
Otra imputada, P. M. F., promocionaba su mercadería de esta manera:
“2g 14k, 3g 20k. Zona La Perla, Centro, Aldrey. Envío a domicilio con costo según la zona. Pesado a balanza. Acepto transferencia que llegue en el momento o efectivo”.
La modalidad delivery era común entre los miembros de la red. En el caso de R. S. R. S., la difusión ocurría en horarios atípicos, como las 05.53 de la mañana, con mensajes directos al grupo “Los de Confianza”. La frecuencia, la repetición de publicaciones y la aparición en múltiples grupos llevaron a la justicia a confirmar la habitualidad y estructura organizada.
Los investigadores también detectaron nombres de fantasía y alias con estética de marca. L. J. B., presunto administrador general, usaba el seudónimo “El Tata Trapstore” y promocionaba sus productos desde cuentas con vínculos a perfiles musicales en redes sociales. En su domicilio se secuestraron cigarrillos de marihuana semi combustionados, aceites de cannabis y una balanza digital.
El expediente también da cuenta de un sistema de roles y referencias entre vendedores, con preferencia por ciertos “dealers” según la zona, la variedad del producto y la modalidad de entrega. Todo eso, según la resolución, configura una red moderna de narcotráfico urbano que utiliza canales digitales con lógica empresarial.